"No se puede solamente escribir libros, es preciso que la vida nos arranque periódicamente del engaño del pensamiento".

Emmanuel Mounier

Los que escriben como hablan, por bien que hablen, escriben muy mal

Georges-Louis Leclerc

Creo, sinceramente, que cuando a un novelista le preguntan qué se propone al empezar a escribir una novela, debe responder: Terminarla cuanto antes

Juan Marsé -Si te dicen que caí­-

Sunday, April 23, 2006

Charles Baudelaire -Consejos a los jóvenes literatos-

"CONSEJOS A LOS JÓVENES LITERATOS"
Por Charles Baudelaire

" En ciertos estados de alma casi sobrenaturales, la profundidad de la vida se revela entera en el espectáculo, tan ordinario como pueda serlo, quetenemos ante los ojos. Se convierte en símbolo", escribió Charles Baudelaire. En esa capacidad del lenguaje poético para hacer ver en las cosas corrientes un "símbolo" de "algo más" que a la mirada habitual se le escapa está la raíz mayor del movimiento "simbolista" y de virtualmente todala poesía moderna. Baudelaire fue, al decir de T. S. Eliot, el "poeta de la modernidad", no sólo porque su obra es la primera en dar cuenta de latumultuosa complejidad urbana sino, sobre todo, por haber replanteado el lugar de la poesía en el contexto de la sociedad moderna. Su tareaconsistió, según Walter Benjamín, en crear la voz del poeta caído en un mundo sin aura. Más allá del escándalo que suscitaron en su momento -incluida una famosa condena judicial -, la extrema sensualidad y el desafiante aristocratismo de Las flores del mal (1857) indican una discordancia con el mundo que virtualmente toda la poesía, de ahí en adelante, asumirá, a veces como un emblema a defender y otras, como una pesada herencia a reparar o soportar estoicamente. Nacido en París en 1821 y fallecido en 1867, Baudelaire fue crítico, ensayista, traductor y teórico del arte. Tanto en la reflexión critica como en la creación poética su obra abrió nuevos caminos en muchos aspectos, pero sobre todo en dos: si por un lado amplificaba y refinaba un aspecto del romanticismo en la teoría de las "correspondencias" que presentaría en el poema de ese nombre, por el otro constituyó el más severo golpe al credo romántico por su rechazo a la naturaleza, su elogio de la decadencia y la artificiosidad, su pesimismo y su drástica negación de toda posible solidaridad entre el poeta y la sociedad de la que, a su pesar, forma parte. Si Correspondencias, considerado el texto fundador del simbolismo, atiende a las "voces oscuras" y los "ecos confusos" que surgen del mundo, que a su vez es visto como "un bosque de símbolos", también allí - y mucho más en sus textos críticos, su diario, sus poemas en prosa- aparece el frontal rechazo del Baudelaire último al progreso, a la vida burguesa, la masificación, el imperio de la razón instrumental y hasta a la democracia. Con Baudelaire la poesía inicia una emancipación de toda posible función utilitaria o inmediatamente comunicativa para concentrarse en los ambiguos laberintos de su propia búsqueda de belleza y plenitud. En 1846, Baudelaire empezó a publicar textos críticos, en los periódicos Corsaire-Satan y L'Esprit public. En este último aparecieron, el 15 de abril, sus Consejos a los literatos. Saturados de cinismo, en torno a temas tan variados como la inspiración y los acreedores, las amantes de los escritores y los métodos de composición,estos escritos responden a una pasión por la poesía que se esconde en la frivolidad sarcástica para permitir que aflore una inteligencia excepcionalmente sagaz.

CONSEJOS A LOS JÓVENES LITERATOS
Los preceptos que habrán de leerse a continuación, son el fruto de la experiencia; la experiencia implica una cierta suma de yerros; como uno los ha cometido - todos o casi todos vosotros -, espero que mi experiencia habrá de quedar verificada por la de cada uno. Dichos preceptos no tienen, por lo tanto, más pretensiones que las de un "vade mecum", ni otra utilidad que la de la más "pueril y educación". ¡Enorme utilidad por cierto! ¡Suponed un Código de la Urbanidad o un breviario de la Buena Educación escrito por una Warens de corazón inteligente y bueno, o el arte de vestir, valiosamente enseñado por una madre! De manera que en estos preceptos, dedicados a jóvenes literatos, pondré una ternura fraternal.

I. DE LA FORTUNA y DE LA MALA SUERTE EN LOS COMIENZOS
Cuando los escritores jóvenes hablan de algún compañero, joven también, con acento de envidia, dicen por lo general: "Ha tenido un buen comienzo; la fortuna le ha sonreído", y no reflexionan que todo comienzo ha estado precedido siempre por otros y que el último es siempre el efecto de otros veinte comienzos desconocidos. ' Yo no sé si, en el campo de la reputación, ha sucedido alguna vez que la fama cunda con la rapidez del rayo; creo, más bien, que el éxito está en una proporción aritmética o geométrica, según la fuerza del escritor y el resultado de los éxitos anteriores, que muchas veces fueron invisibles para el ojo. También puede decirse que existe una lenta agregación de éxitos moleculares; pero, jamás puede decirse que existan generaciones milagrosas y espontáneas. Los que dicen: "Tengo mala suerte", son aquellos que todavía no han tenido suficiente éxito y que lo ignoran. Formamos parte de las mil circunstancias que envuelven la voluntad humana y que tienen también sus causas legítimas; son como una circunferencia en las que se halla encerrada la voluntad, pero esta circunstancia está en continuo movimiento, vive, gira y cambia su círculo y su centro, todos los días, todos los minutos y todos los segundos. Y de esta manera, arrastradas por aquella circunferencia, todas las voluntades humanas que se hallan enclaustradas en ella, varían a cada instante su juego recíproco y eso es, precisamente, lo que constituye la libertad. Libertad y fatalidad son contrarias; vistas de cerca y de lejos, forman una sola voluntad. Por eso digo que no hay mala suerte ni azar. Si sufrís de mala suerte es que os falta algo; conoced ese algo que os falta y estudiad el juego de las voluntades vecinas a la vuestra, para desplazar más fácilmente la circunferencia. Un ejemplo entre mil. Muchos de los que yo más quiero y estimo, se encolerizan contra las "popularidades" actuales; son como logogrifos en acción; pero el talento de estas gentes, por frívolo que sea, existe siempre, y la cólera de mis amigos no existe, o mejor dicho "existemenos o existe en menos", puesto que es tiempo perdido, pérdida de lo menos precioso y apreciado que hay en el mundo. La cuestión no es saber si laliteratura del corazón o de la forma es superior a la que está en boga. Aquella es demasiado verdadera, para mí al menos. Pero ésta no se ajustasino a medias, en tanto que vosotros no hayáis instalado, en el género que queráis, tanto caudal de talento como Eugenio Sue en el suyo. Tanto interéscomo el que alumbró él, alumbradlo vosotros con medios nuevos; poseáis una fuerza igual o superior, en sentido contrario; duplicad, triplicad,cuadruplicad la dosis hasta que alcance una igual concentración y entonces no tendréis ninguna razón para renegar del "burgués", porque el "burgués"estará con vosotros. Hasta entonces "vae victis !", puesto que nada hay tan verdadero como la fuerza, que es la justicia

II. DE LOS SALARIOS
Por muy hermosa que sea una casa, tiene, ante todo -mientras no se demuestre su belleza-, tantos metros de alto por tanto de ancho. De la misma manera, la literatura, materia inapreciable, es, ante todo, un relleno de columnas; y el arquitecto literario, cuyo solo nombre no sea una posibilidad debeneficio, debe venderla a cualquier precio. Hay muchos jóvenes que dicen: "Puesto que esto vale tan poco, ¿para qué luchar tanto por ello?". Sihubieran podido entregar "mejor trabajo", no habrían sido robados más que por la necesidad actual, por la ley de la naturaleza; entregándolo "malo",se roban a si mismos; mal pagados, hubiesen podido hallar el honor; mal pagados, quedaron deshonrados. Todo cuanto pudiera escribir sobre este tema, lo resumo en esta máxima suprema que entrego a la meditación de todos los filósofos, de todos los historiadores y de todos los hombres de negocios:¡No por los buenos sentimientos se llega a la fortuna! Aquellos que dicen: "¿Por qué romperse el alma por tan poco?", son los que, más tarde, quierenvender sus libros a 200 francos y, al verlos rechazados, vuelven al día siguiente para ofrecérselos con 100 francos de pérdida. El hombre razonablees aquel que dice: "Yo creo que esto vale tanto porque yo tengo genio, pero hay que hacer algunas concesiones y las haré para tener el honor de contarme entre los vuestros".

III. DE LAS SIMPATIAS Y DE LAS ANTIPATIAS
En el amor, como en la literatura, las simpatías son involuntarias; sin embargo, tienen necesidad de ser verificadas, y en ello desempeña la razónuna parte ulterior. Las verdaderas simpatías son excelentes, porque son dos en una; las falsas son detestables porque no forman más que una, menos la indiferencia original, que vale más que el odio, y es el resultado fatal de la falsedad y la desilusión. Por eso admito y admiro la camaradería, siemprey cuando esté fundada en las relaciones esenciales de razón y temperamento. Es una de las santas manifestaciones de la naturaleza, una de las numerosas aplicaciones del proverbio sagrado: la unión hace la fuerza. Las mismas leyes de franqueza y de inocencia deben regir en las antipatías. Hay gentes, por increíble que parezca, que se fabrican odios lo mismo que admiraciones, sin pensarlo, tontamente. Eso es de gran imprudencia; es como hacerse de un enemigo sin beneficio y sin provecho. Es un disparo que no da en el blanco y que no hiere al sujeto a quien estaba destinada la bala, sin contar con que, posiblemente, pueda herir a alguno de los testigos del combate, situados a la derecha o a la izquierda. Un día, durante una lección de esgrima, vino a molestarme un cobrador; lo perseguí por la escalera amenazándolo con el florete. Cuando volví al salón, mi maestro de armas, un gigante pacifico, que me hubiera echado por tierra de un soplo, me dijo: "¡Que manera de prodigar vuestra antipatía! ¡Un poeta! ¡Un filósofo! ¡Bah!". Había perdidoel tiempo de practicar dos asaltos, estaba fatigado, resoplando, avergonzado y despreciado por un hombre más, el cobrador, al que no le había hechoningún mal. En efecto, el odio es un licor precioso, un veneno más dulce que el de los Borgia, puesto que está hecho con nuestra propia sangre, connuestro sueño y los dos tercios de nuestro amor. ¡Hay que conservarlo muy bien!

IV. DE LOS ATAQUES
No se deben practicar los ataques sino contra los pilares del error. Si sois fuertes, os perderéis atacando a un hombre fuerte; aunque no estéis deacuerdo en ciertos puntos, él será siempre de los vuestros, en determinadas ocasiones. Hay dos métodos de ataque: por la línea curva y por la línearecta, que es el camino más corto. Se pueden encontrar suficientes ejemplos de la línea curva en los folletines de J. Janin. La línea curva divierte alvulgo, pero no lo instruye. La línea recta se practica actualmente con éxito entre ciertos periodistas ingleses; en Paris ha caído en desuso; parece quehasta el mismo señor Granier de Cassagnac la ha olvidado. Consiste en decir: "El señor X... es un hombre deshonesto y además es un imbécil: acontinuación voy a probarlo..."- Y, luego, ¡Probarlo! primero, segundo, tercero, etc .... Recomiendo este método a todos los que tienen fe en larazón y los puños fuertes. Un ataque errado es un accidente deplorable, es una flecha que se vuelve contra el que la disparó o, por lo menos, es unaflecha que os hiere la mano al partir, una bala cuyo rebote puede mataros.

V. DE LOS METODOS DE COMPOSICION
Actualmente hay que producir mucho; por lo tanto hay que ir de prisa; hay que apresurarse entonces, lentamente; es necesario, entonces, que todos losgolpes den en el blanco y que ningún disparo sea inútil. Para escribir rápidamente, es menester haber pensado mucho; es necesario que se hayallevado el asunto a cuestas en los paseos, al baño, a los restaurantes Y, podría decir, hasta en casa de la amante. E. Delacroix me decía en unaocasión: "El arte es una cosa tan ideal y fugitiva que nunca se hallarán bastante limpios los instrumentos, ni los medios bastante expeditivos".Sucede lo propio con la literatura; pero yo no soy partidario de los borrones y raspaduras; empañan el espejo del pensamiento. Algunos, entre losmás distinguidos y conscientes -como Eduardo Ourliac por ejemplo--, comienzan por dejar su carga sobre abundantes hojas de papel; llaman a esaoperación: cubrir la tela. Es una operación complicada y tiene por fin no perder nada de lo pensado. Después, cada vez que copian y recopian, limpian,entresacan, suprimen y podan. El resultado, aunque sea excelente, constituye un abuso del tiempo Y del talento. Cubrir una tela no es embadurnarla de colores, es esbozar sobre ella, es disponer las masas en tonos ligeros y transparentes. La tela debe estar cubierta ya -en espíritu- en el momento en que el escritor toma la pluma para escribir el título. Se dice que Balzac cargaba sus copias y sus pruebas de manera extraordinaria y fantástica. Una novela que pase por una de esas pruebas, sufrirá una serie de génesis, en las que se dispersa no sólo la unidad de la frase, sino también la obra. Se debe sin duda a este método que muchas veces se encuentre en el estilo, un no sé qué de vago y difuso, como manchas borradas o letras superpuestas. Tal vez fuera el único defecto de aquel gran historiador.

VI. DEL TRABAJO DIARIO Y DE LA INSPIRACION
Ya no es la orgía hermana de la inspiración; hemos roto aquel parentesco adúltero. La rápida enervación y la debilidad de algunas naturalezas muybajas, son suficiente testimonio contra este odioso prejuicio. Un alimento muy substancial y suministrado regularmente, es lo que verdaderamentenecesitan los escritores fecundos. Decididamente, la inspiración es la hermana del trabajo diario. Estas dos contradicciones no se excluyen más quetodas las otras contradicciones que constituyen la naturaleza. La inspiración obedece, lo mismo que el hambre, la digestión, el sueño. No hayduda que en el espíritu existe una especie de mecánica celestial de la que no debemos avergonzarnos, sino sacar el mejor partido posible, como hacenlos médicos con la mecánica del cuerpo. Si se quiere vivir en una contemplación tenaz de la obra del mañana, el trabajo diario servirá de inspiración - lo mismo que una escritura legible sirve para aclarar el pensamiento y lo mismo que el pensamiento tranquilo y poderoso sirve para escribir legiblemente -, puesto que la era de las malas escrituras ha pasado.

VII. DE LA POESIA
En cuanto a los que se entregan o se han entregado a la poesía con todo éxito, les aconsejo no abandonarla jamás. La poesía es una de las artes quemás aportan, pero es una especie de depósito del que no se cobran los intereses sino más adelante y que, en compensación, son muy abundantes.Desafío a los envidiosos a que me citen algunos buenos versos que hayan arruinado a un editor. Desde el punto de vista moral, la poesía establece unlímite tan marcado entre los espíritus de primer orden y los de segundo orden, que el público más burgués no puede escapar a esta influenciadespótica. Conozco a varios que no leen los folletines de Teófilo Gautier tan sólo porque el escritor hizo La Comedia de la Muerte; sin duda, nopudieron sentir todas las gracias de aquella obra, pero saben que es un poeta. Por otra parte, ¿qué tiene de extraño?; todo hombre sano puedepasarse dos días sin comer; sin poesía, nunca. El arte que satisface la necesidad más imperiosa, tendrá que ser siempre el más digno de honores.

VIII. DE LOS ACREEDORES
Recordaréis sin duda una comedia intitulada: El desorden y el genio. El hecho de que algunas veces el desorden acompañe al genio, demuestrasencillamente que el genio tiene un poder terrible; desgraciadamente, aquel título podría aplicarse a muchos jóvenes, no como un accidente, sino comouna necesidad. Dudo mucho de que Goethe haya tenido acreedores; el mismo Hoffmann, el desordenado Hoffmann, acosado por necesidades muy frecuentes, aspiraba sin cesar a salir de ellas y, por lo demás, murió en momentos en que una vida más acomodada permitía a su genio un reposo más amplio. Os deseo que no tengáis nunca acreedores; si queréis, haced parecer que los tenéis, eso es todo lo que os puedo permitir.

IX. DE LAS QUERIDAS
Si me atengo a observar la ley de los contrastes que gobierna el orden moral y el orden físico, estoy obligado a clasificar en el grupo de las mujerespeligrosas para las gentes de letras, a "la mujer honesta", la corista y la actriz; la "mujer honesta", porque necesariamente pertenece a dos hombres yporque siempre es un alimento mediocre para el alma despótica de un poeta; la corista, porque es un hombre que erró el camino; la actriz, porque estábarnizada de literatura y habla en "caló", en suma, porque no es una mujer en todo el sentido de la palabra, ya que el público es, para ella, mil vecesmás precioso que el amor. ¿ Podéis imaginaros a un poeta enamorado de su mujer y obligado a verla representar disfrazada en el escenario? Creo que le prendería fuego al teatro. ¿Os imagináis al poeta obligado a escribir una comedia con un papel para su mujer, que no tiene ningún talento? Y todavíahay que pagar otro tributo en epigramas al público de primera fila, para compensar los dolores que ese público le hizo sufrir insultando al ser másquerido, ese ser que los orientales encerraban bajo tres llaves antes de que viniera a estudiar leyes a Paris precisamente porque todos los verdaderosliteratos sienten horror de la literatura en ciertos momentos de su existencia, yo no admito para ellos - que son espíritus libres y almas orgullosas, cerebros fatigados que siempre tienen necesidad de descansar el séptimo día- sino dos clases de mujeres: las de la calle o las tontas, el amor o el puchero. Hermanos, ¿hay necesidad de explicar las razones?

15 de abril de 1846( Traducción de F. Solero. De El arte romántico. Shapire, Buenos Aires, 1954)

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